sábado, 28 de mayo de 2011

LA CONCIENCIA DE LA APARIENCIA - Friedrich Nietzsche




















¡Cuan maravilloso y nuevo a la vez cuán terrible e irónico me siento con mi conocimiento acerca de la totalidad de la existencia! He descubierto para mí que la vieja humanidad y animalidad, que incluso la totalidad de los tiempos primigenios y el pasado de todos los seres sensibles continúa poetizando en mí, amando, odiando, sacando conclusiones –de pronto desperté en medio de este sueño, pero sólo a la conciencia de que precisamente soñaba y de que tenía que continuar soñando, para no perecer: así como el sonámbulo tiene que continuar soñando para no despeñarse. ¡Qué es para mí ahora la “apariencia”! En verdad, no es lo opuesto a una esencia cualquiera -¡qué puedo decir acerca de una esencia cualquiera, sino que sólo es cabalmente el predicado de su apariencia! ¡En verdad, no es una máscara muerta que se pueda colocar a una X desconocida y que también pueda quitársele! La apariencia es para mí lo que actúa y lo viviente mismo, yendo tan lejos en su burla de sí misma como para hacerme sentir que aquí no hay más que apariencia, luces fatuas y baile de espíritus –que entre todos esos soñadores también yo, el “que conoce”, bailo mi baile; que el que conoce es un medio para prolongar el baile terrestre, y que en esa medida forma parte de los maestros de ceremonia de la existencia; que la más excelsa consecuencia e interrelación de todos los conocimientos es y seguirá siendo, tal vez, el medio supremo para mantener en pie la universalidad de las ensoñaciones y el pleno entendimiento de todos estos soñadores entre sí, y también junto a ello, la duración del sueño.

De La Gaya Ciencia

viernes, 27 de mayo de 2011

GREENPEACE: La Gran Estafa Verde




GREENPEACE
La Gran Estafa Verde
por Guillermo Moserrat para Cerdos & Peces













EL PRINCIPAL PROBLEMA QUE ENFRENTA LA HUMANIDAD ES LA DESTRUCCION DE SU MEDIO AMBIENTE Y, EN CONSECUENCIA, SU PROPIA DESAPARICION. SIN EMBARGO, NADIE PARECE ESTAR TOMANDOSE EN SERIO TAL CALAMIDAD. LAS NOTICIAS REFERENTES A LA CONTAMINACION, LA DEFORESTACION, LA EXTINCION DE ESPECIES Y EL DERRETIMIENTO DE LOS POLOS QUEDAN RELEGADAS, EN LOS MEDIOS DE DIFUSION, A INFORMES INTRASCENDENTES. Y SE EXHIBEN COMO UNA MERA CURIOSIDAD EN PROGRAMAS ESPECIALES QUE POR LO GENERAL NO SON VISTOS MAS QUE POR ALGUNOS POCOS, ESPECIALMENTE INTERESADOS EN EL TEMA.









La enorme capacidad depredatoria del ser humano en combinación con su desmesurada tendencia a producir desechos nocivos, ambos males producto de la superpoblación, han llegado a colocar al planeta en un punto tan alarmante que probablemente ya no sea posible lograr su completa recuperación, aun en el caso de que se detuviera, definitivamente, toda forma de agresión a la naturaleza. Pero la inmensa cantidad de gente que se interesa en la lucha por la conservación de los recursos naturales del planeta se encuentra maniatada, confiando con verdadera ingenuidad, y algo de pereza, en los informes e iniciativas de Greenpeace, organización de origen y objetivos, cuando menos, confusos.

Más allá de salvar la vida de una que otra ballena errante con espectaculares procedimientos, esta organización no ha conseguido mas que acentuar la angustia e impotencia de quienes podrían jugar un papel protagónico en una lucha que verdaderamente les interesa, y que actualmente, monopolizada por esta especie de multinacional verde, los deja en la triste situación de inofensivos contribuyentes o “colaboradores", que se limitan a actuar como espectadores de un debate casi burocrático, con la permanente sensación de no estar haciendo absolutamente nada.
La recaudación anual de Greenpeace, a través de donaciones y colaboraciones, alcanza cifras que hacen posible Ia instrumentación de campañas de gran envergadura.
¿Que podemos hacer cuando nos enteramos, sentados frente al televisor, que se está agigantando el agujero de ozono? ¿O cuando somos informados con lujo de detalles sobre la inminente extinción de una especie animal o vegetal? Muy poco. Por Io general nuestra participación en la lucha queda reducida al miserable acto de enviar una colaboración voluntaria. Al mismo tiempo, sabemos que Greenpeace no está planeando emplear nuestra contribución, y la de otros millones de colaboradores, en la formación de grupos armados que enfrenten a los madereros que arrasan las selvas tropicales, o que practique atentados contra los millonarios que multiplican desaprensivamente sus desechos industriales o nucleares.

¿Cuales han sido los grandes logros de Greenpeace? Tal vez el más famoso de todos sea haber conseguido la drástica reducción de la matanza de ballenas, sobre todo por la espectacularidad con que sus procedimientos fueron divulgados.
Sin embargo, si somos crudos y objetivos, no se nos puede escapar que ningún arponero ni ningún capitán se atrevería a hacer fuego desaprensivamente, haciendo casto omiso del riesgo en que pondría su propia carrera, su tripulación, su barco y hasta su país, si frente a numerosas cámaras y abundantes testigos hiciera blanco en un joven mártir. Vale decir, el riesgo era inexistente. Por otra parte, casi todos los productos que se obtienen de la ballena han sido reemplazados por otros de origen sintético, de manera tal que la caza de ballenas no resulta rentable más que para dos o tres países que siguen practicándola.
En cuanto a la batalla de Greenpeace contra la proliferación nuclear cuya finalización se arrogan publicando en los medios gráficos la pretensiosa frase: “Fueron necesarios 25 años de lucha para acabar con los ensayos nucleares", cabe señalar que son muy pocos los que creen que estas experiencias hayan llegado a su fin acosadas por la presión internacional, y mucho menos por la de Greenpeace. Somos muchos los que tenemos la sensación de que las potencias atómicas llevaron a cabo todos los experimentos que consideraron necesarios para averiguar Io que se proponían.

Una vez, es cierto, comandos franceses volaron un navío de Greenpeace, lo cual les otorgó un enorme crédito ante los ojos de la humanidad, pero: ¿No resulta sospechoso que hubiera una sola victima? Un enorme navío atracado en un puerto, que pertenece a una organización internacional que se halla en virtual pie de guerra, es dinamitado. En su interior sólo se encuentra un distraído operador de computadoras. Si vos fueras el capitán de un barco de Greenpeace y te encontraras anclado en un puerto de Francia, país con el que mantuvieras un alto estado de beligerancia, ¿no tendrías la precaución de dejar unos 10 o 20 miembros de la tripulación haciendo guardia? Más aun: ¿no te quedarías a bordo permanentemente atento a cualquier movimiento extraño? Esa pobre víctima del atentado tiene el aspecto de no ser más que las consecuencias de un descuido, alguien que nadie imaginó que podría estar allí. Y el atentado en si, parece el producto de una operación conocida de antemano por ambas partes.
Greenpeace cuenta con un aparato lo suficientemente expandido y económicamente sustentado como para conseguir informarse sobre el origen de los capitales que se dedican a talar el Amazonas. No se trata indudablemente de leñadores aislados, sino de grandes empresas provistas de abundante personal v costosas maquinarias. El origen de estos capitales puede ser detectado y divulgado. De proponérselo, Greenpeace lograría seguir el recorrido de cada uno de los árboles cortados, divulgando el nombre de las empresas que los cortan, las que los acarrean, las que los almacenan, las que los venden al mayoreo y las que finalmente compran la madera y producen con ella artículos de consumo.

Automóviles, Iavarropas y heladeras, muebles, libros y revistas, medicamentos, fertilizantes, productos químicos productos alimenticios y todo tipo de elementos de consumo temblarían ante la posibilidad de ser señalados pública y aparatosamente por el dedo inquisidor de Greenpeace. Simultáneamente, por convicción o conveniencia, todos los medios de difusión se pondrían de parte de Greenpeace, a la vez que populares artistas anunciarían su adhesión, lo que favorecería llevar a cabo importantísimas campañas con costos muy reducidos, y permitiría contar con el aval de la prensa internacional para enfrentar cualquier ataque de los industriales poderosos.
Greenpeace, con su actual comportamiento, ya es objeto de toda clase de sospechas, y hasta nuestros oídos han llegados numerosas versiones que hablan de la incipiente formación de una organización que se le opone, cuyo nombre es Greenwar (guerra verde) y que se propone, mediante procedimientos mas eficaces, acabar con su reinado.


Todo parece indicar que si Greenpeace no comienza a quitarse las telarañas y a encarar una política más activa y frontal, su desaparición (eclipsada por Greenwar) es solo cuestión de tiempo.



Publicado en el Nº 57 de la revista Cerdos y Peces
Enero-Febrero 1998
Buenos Aires, Argentina